La obesidad en los niños es un tema preocupante a escala mundial, ya que no solo aumenta el riesgo de padecer enfermedades prevenibles como la diabetes o el cáncer, sino también de tipo crónicas como el asma.
El riesgo de incidencia de desarrollar asma es aún mayor en niñas con sobrepeso entre 6 y 7 años de edad, pues tienen cinco veces más riesgo de presentar la enfermedad, según una investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra.
Un menor que presenta sobrepeso tiene más dificultades para respirar, puesto que la grasa abdominal obstruye el paso del oxígeno a las vías respiratorias, explica María Franco, neumóloga pediatra del Nicklaus Children’s Hospital. Agrega que los bebés e infantes con sobrepeso tienden a presentar más reflujo del estómago al esófago y esto altera la actividad respiratoria.
El asma y la obesidad también están relacionados con el sistema endocrino. Si las bacterias del intestino que influyen en el control metabólico están alteradas, estas causan un mal funcionamiento en el control del apetito, por lo cual incrementa las ansias de comer, explica el médico endocrino Salomon Jakubowicz. Asimismo, este trastorno influye en el deterioro del sistema inmune y por lo tanto aumenta el riesgo de desarrollar asma.
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Una de las causas por las que se puede alterar las bacterias del intestino en una persona es durante el parto. Hay teorías y estudios que señalan que cuando un niño nace por parto natural está expuesto a las bacterias de la piel y de la flora vaginal de la madre que van a permanecer en el intestino, que no son las mismas si él bebe nace por cesárea, lo cual afecta su sistema inmune también.
Ambos especialistas coinciden en que lo primordial es que los padres les provean a sus hijos una alimentación balanceada, baja en azucares procesados, que no sean excesivamente cuidadosos con la higiene y expongan a los niños a la naturaleza para que fortalezcan su sistema inmune, por ejemplo tener mascotas.
“Lo primero que debe hacer la familia es controlar el ambiente, por ejemplo evitar el uso de alfombras, evitar a fumadores, no usar ambientadores en spray ni humidificadores porque causan moho y ácaros”, comenta Franco. La neumóloga recomienda que el niño use un broncodilatador antes de hacer ejercicio y que su actividad física sea gradual, pero nunca debe quedarse sedentario por temor a su problema asmático. Al bajar de peso se controla el asma también.
Cuando el asma es diagnosticada a tiempo en los niños el tratamiento correcto hará la diferencia para que el menor pueda tener una infancia normal.
Fuente: CNN