Una de las relaciones que nos marcan para toda la vida es aquella con nuestros padres. La familia es el primer escenario de convivencia social para el ser humano, de ahí deriva su importancia.
Pero lo cierto es que no se tiene la fórmula perfecta para criar y educar a un hijo. Cada familia es diferente con sus propias características económicas, culturales, sociales y religiosas.
Para brindarles una buena educación a sus hijos los padres deben tomar en cuenta diferentes aspectos que les sirvan de guía:
- Tener presente que los hijos no son una extensión de la vida de los padres: Los hijos son personas independientes, con sentimientos propios, con una personalidad innata.
- Los padres no son dueños de los hijos, son solo forjadores o facilitadores: El rol de los padres consiste en inculcar valores, autoestima y un espacio seguro a los hijos, pero nunca imponer sus propias creencias.
- Deben ser una autoridad para los hijos: Los padres necesitan disciplinar sin sentir culpa y premiar cuando se amerite.
Ni la disciplina ni la autoridad son objeto de negociación. No obstante, nunca es justificable recurrir al abuso psicológico, físico o verbal.
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Una buena relación es trascendental para el buen desarrollo de los niños.
Cuando un niño tiene una buena comunicación con sus padres y con su familia obtiene un mayor sentido de pertenencia, desarrolla la seguridad en sí mismo y goza de mejor autoestima.
A continuación te presentamos algunos consejos para desarrollar una excelente relación entre los padres y los hijos:
Comparte tiempo de calidad con tus hijos
Para sentar las bases de una relación entre los padres e hijos hay que dedicar tiempo y esfuerzo.
Si deseas tener una buena relación con tus hijos, es necesario te tomes el tiempo para estar con ellos, compartir y conversar.
Fomenta la confianza
La confianza se adquiere en la infancia, desde el momento cuando el bebé aprende si puede tomar una cosa cuando la necesita.
Los niños se sienten unidos y seguros cuando confían que los padres les proporcionan lo que ellos necesitan, tanto física como emocionalmente.
Cuando el padre falta a su promesa o palabra, debe hablar con su hijo, ofrecerle una disculpa y enmendar el daño. El pedir perdón en el camino más eficaz para recuperar la confianza del hijo.
Come en familia
Compartir los alimentos en familia es de suma importancia, ya que en ese momento no solo compartimos alimento, sino también conversaciones e historias las cuales afirman las relaciones familiares.
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A través de este hábito los niños integran a su vida cotidiana aspectos positivos como comer balanceado y buenos modales. Además, influye de forma positiva en su rendimiento escolar.
Realiza actividades de manera espontánea
Realiza junto con tus hijos salidas o actividades recreativas. Comer juntos un delicioso helado, ir de compras o practicar algún deporte son momentos de oportunidad para estrechar el vínculo entre ambos.
Brindarle tiempo a los hijos les permite sentirse queridos, importantes y valiosos.
Es recomendable que los padres aprovechen cada momento cuando estén solos con sus hijos para demostrarles interés e importancia en cada una de sus actividades.
Promueve una conexión a la hora de dormir
Para mejorar la relación con los hijos, los padres pueden apoyarse de diferentes acciones para tener una mejor comunicación y conexión con sus ellos.
Una forma muy eficaz es a la hora de dormir de los niños.
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Procura realizar alguna actividad en conjunto, como leer un libro. También intenta conversar con ellos, preguntar cómo le fue en la escuela y cómo se sintió durante el día.
Las pequeñas conversaciones traen grandes beneficios para tus hijos al permitirles desahogarse y comunicar sus alegrías, dudas, miedos y tristezas.
Escucha a tus hijos
Establecer una comunicación continua es primordial para crear vínculos estrechos entre padres e hijos. Los padres deben recordar siempre lo importante que es escuchar a los hijos.
Como padre, intenta mostrar interés cuando tu hijo te hable. Si te comparte una historia, escucha y demuestra interés expresando tu opinión.
Hazle sentir que lo entiendes y, sobre todo, aconséjalo y no le regañes.
Cultiva una buena comunicación
Desde muy temprana edad los padres necesitan establecer una buena base de comunicación con sus hijos.
Esto lo ayudará mucho en su adolescencia, ya que una buena comunicación permite conocer mejor a los hijos e indagar cómo podemos ayudarles ante los problemas.
Cuando los padres iniciamos una conversación con sus hijos, debemos permitirles que se expresen con total honestidad.
No interrumpir es fundamental y, cuando llegue el momento de contestarles, brindarles respuestas coherente y en un tono amable.
Fomenta y practica el respeto
El respeto es uno de los valores que nunca debemos olvidar. Cuando existe y se practica el respeto fomentamos que nuestros hijos crezcan con bases idóneas para desarrollarse como personas de bien en el futuro.
Pero no olvidemos que el respeto es mutuo. Los padres debemos marcar límites de forma respetuosa. Así el niño aprende desde muy temprano cómo tratar con respeto a las demás personas.
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Asimismo, resulta indispensable que los padres mostremos respeto hacia nuestros hijos, sus comportamientos e ideas.
Cabe señalar que siempre es importante tener presente el tono y las palabras utilizadas para llamar la atención a los hijos.
Maneja los conflictos de forma amorosa
Cuando se da una discusión entre padres e hijos, cualquiera sea el motivo, es muy importante que ambas partes se ofrezcan disculpas y retomen la relación de la mejor manera posible.
Se debe evitar que la relación se rompa. Procura crear un ambiente de confianza y establecer compromisos de buena relación y respeto al momento de discutir sobre algún tema.
Cuando se den conflictos o discusiones, los padres necesitan mantener la calma, evitar los gritos y críticas. Ante un momento de molestia, te recomendamos contar hasta 10 y aplicar técnicas de relajación.
Respeta su privacidad
A medida que los hijos crecen estos necesitan crear y tener sus propios espacios para desarrollar su identidad.
Contar con su propio espacio y privacidad influirá en su seguridad, independencia y la exploración de su creatividad.
Fuente: Mejor con salud.
