La Corte Suprema de EU falló ayer contra el estado de Texas en uno de los casos más importantes sobre el aborto que estudia en las últimas dos décadas y fortaleció el derecho de las mujeres a poner fin a su embarazo, reconocido en todo el país desde 1973.
“Me complace ver que la Corte Suprema protege los derechos de la mujer y su salud”, subrayó el presidente Barack Obama, quien reafirmó su compromiso con el derecho a la libertad reproductiva de la mujer y a acceder a una atención médica “segura y asequible”.
Los jueces votaron por 5-3 a favor del argumento de las clínicas, de que las reglamentaciones constituían un intento apenas disimulado de dificultar el acceso de las mujeres al aborto en Texas, el segundo estado más poblado de EU.
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El secretario de Justicia de Texas, Ken Paxton, sostuvo que “es funesto que la Corte quite la capacidad de proteger la salud de las mujeres a los ciudadanos de Texas y sus representantes debidamente elegidos”.
Nancy Northup, presidenta del Centro por los Derechos Reproductivos, que representó a las clínicas, dijo que “la Corte Suprema envió un mensaje fuerte y claro de que los políticos no pueden usar medios engañosos para cerrar las clínicas proveedoras de abortos.
La candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton,dijo que el fallo constituye “una victoria para las mujeres en Texas”.
Una ligera mayoría está a favor del aborto en EU
Cientos de militantes opositores a las restricciones a la interrupción voluntaria del embarazo, entre ellos una mayoría de mujeres, se reunieron en el exterior del edificio, en las colinas del Capitolio en Washington.
“El ambiente era electrizante”, señaló Nita Amar, una enfermera de 63 años y partidaria del derecho a la planificación familiar.
“No podemos regresar a los tiempos de los abortos clandestinos efectuados con ganchos de ropa”, agregó.
Apenas una estrecha mayoría (56%) de los estadunidenses considera que la interrupción voluntaria del embarazo debe ser permitida en la mayoría o en la totalidad de los casos, según un reciente estudio de opinión del instituto Pew.
El 41% de los estadunidenses piensa que no debe permitirse en ningún caso, una cifra que es aún más alta entre los electores republicanos (68%) y los norteamericanos cristianos evangélicos blancos (69%), según ese mismo estudio.
Se trata de un debate apasionado que, al contrario de lo que ha pasado en otros países desarrollados, en Estados Unidos nunca ha bajado de intensidad.
Una muestra de la intensidad de ese debate es la reciente indignación suscitada por una declaración del aspirante presidencial republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, quien señaló que las mujeres que se someten a un aborto deberían enfrentar “algún tipo de castigo”. Las reacciones hicieron que el multimillonario tuviese que retractarse.
A fines de noviembre, un opositor al aborto mató a tres personas en una clínica de planificación familiar de Colorado.
FUENTE: EXCELSIOR