Dos atentados con bomba reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) dejaron ayer al menos 44 muertos y unos 100 heridos en dos iglesias coptas en Egipto, en los más sangrientos ataques de los últimos años contra la minoría cristiana de ese país.
La primera explosión, en Tanta, en el delta del Nilo, a menos de 100 kilómetros de distancia de El Cairo, mató al menos a 27 personas e hirió a 78, dijo el Ministerio egipcio de Salud.
El segundo atentado, perpetrado horas después por un suicida en la catedral copta de Alejandría, dañó la silla histórica del Papa copto y mató a 17 personas, incluyendo a tres policías. Unas 41 personas resultaron heridas, según el Ministerio.
El individuo, que llevaba un cinturón de explosivos, se hizo estallar después de que la policía le impidiera entrar en la iglesia de San Marcos, indicó el Ministerio del Interior.
El papa copto Teodoro II, que asistió a misa en la catedral de San Marcos, todavía estaba en el edificio en el momento de la explosión, pero no resultó herido, dijo el Ministerio del Interior.
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Tras el ataque, el presidente egipcio, Abdel Fatah Al-Sisi, ordenó el despliegue del ejército para asistir a la policía y anunció un “estado de emergencia por tres meses”.
Según la Constitución egipcia, el jefe del Estado debe someter esta medida al Parlamento, en el que domina su sector político, que tiene una semana para pronunciarse.
Miles de personas se reunieron afuera de la iglesia en Tanta poco después de la explosión, algunos vestidos de negro, llorando y describiendo una escena de carnicería. “Había sangre en todo el suelo y partes humanas dispersas”, dijo una mujer cristiana.
Tras los devastadores atentados, el EI en un comunicado, difundido por redes sociales y cuya veracidad no pudo ser comprobada, se adjudicó los dos atentados suicidas e identificó a Abu Baraa al Masri como el hombre que atacó la catedral de la ciudad de Alejandría.
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Poco antes, “el hermano mártir Abu Ishaq al Masri hizo estallar su chaleco contra otra concentración en la iglesia de San Jorge en Tanta”.
En el comunicado, amenazó a los cristianos egipcios y a los musulmanes “apóstatas” (una forma de señalar a la comunidad copta) los cuales “pagarán el precio de la factura (…) con el derramamiento de sangre de sus hijos”.
Los ataques ocurren en momentos en que el brazo del EI en Egipto parece intensificar los asaltos y amenazas contra los cristianos, en un abierto desafío al Presidente egipcio, quien prometió protegerlos del extremismo.
Los dos atentados suicidas de ayer forman parte de los más recientes de una serie de ataques contra la minoría cristiana de ese país, que representa 10% de los 90 millones de habitantes de Egipto, que ha sido blanco de extremistas islámicos en varias ocasiones.
[smartads]
En diciembre, una rama del EI reivindicó un atentado suicida contra una iglesia de El Cairo donde murieron 30 personas, además de una serie de asesinatos en el norte de la región del Sinaí, que llevaron a cientos de cristianos a huir a zonas más seguras del país.
El ejército egipcio anunció el 2 de abril pasado que había matado en un bombardeo a Abu Anas al Ansari, uno de los miembros fundadores de la rama local del EI.
Ese grupo había reivindicado un atentado con bomba contra un avión ruso que se estrelló el 31 de octubre de 2015 con 224 personas a bordo, tras despegar de la ciudad egipcia de Sharm el Sheij.
FUENTE: EXCELSIOR