Tras 18 días de limpieza en los municipios del norte de Veracruz, el panorama en Poza Rica sigue siendo desolador. Toneladas de basura se acumulan en calles y espacios públicos después del desbordamiento del río Cazones, generando fuertes focos de infección.
El campo deportivo Óscar Torres Pancardo se ha convertido en un vertedero improvisado, donde se concentran muebles, electrodomésticos, colchones y residuos arrastrados por la corriente. El olor y la proliferación de insectos ya afectan a las familias que viven alrededor del sitio.
En la zona, los habitantes piden atención urgente ante lo que consideran una emergencia sanitaria.
“Sabemos que es un riesgo sanitario, los niños antes jugaban aquí, pero no ha habido sanitización ni calhidra”, denunció Socorro Ovando, vecina afectada por el tiradero en el deportivo.
Aún hay colonias sin limpieza completa, donde la maquinaria pesada no ha llegado. Entre montones de desperdicio, personas buscan materiales reciclables o productos que puedan reutilizar.
“Encontramos jabón, suavitel, toallas sanitarias o comida; los lavamos y los usamos”, relató Ana Luisa Ramírez, recolectora de la zona.
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La gobernadora Rocío Nahle confirmó que brigadas estatales y privadas siguen trabajando en los municipios afectados.
“El daño fue enorme, pero se ha organizado la limpieza de miles de toneladas de lodo y basura, además de reconstruir puentes que colapsaron”, declaró la mandataria.
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Mientras tanto, los vecinos temen que la acumulación de desechos y la descomposición generen brotes de enfermedades si no se retira pronto la basura del deportivo y de las calles.























