
CIUDAD DE MÉXICO. Las marchas convocadas como la de la autodenominada “Generación Z” (dirigida a los nacidos entre 1995 y 2012) y la “Del Sombrero” concluyeron este sábado en el Zócalo capitalino, poniendo en entredicho el carácter de «paz» y «espontaneidad» que se les atribuyó. La movilización terminó en disturbios, exhibiendo una fuerte presencia de personas mayores, políticos de oposición y un claro enfoque en consignas partidistas contra el partido en el poder.

Vandalismo y Enfrentamiento Directo
A pesar de que gran parte del recorrido fue pacífico, la situación escaló al llegar a Palacio Nacional. Un grupo de manifestantes encapuchados lograron derribar tres de las vallas metálicas de tres metros de altura que resguardaban el recinto.
En respuesta al vandalismo, los elementos de seguridad lanzaron gases lacrimógenos y polvo de extintores desde el interior del perímetro. Los disturbios se prolongaron por cerca de una hora, con enfrentamientos directos entre los policías y el grupo que insistía en dañar las barreras con martillos y esmeriles.
Perfil y Consignas Partidistas
La composición de la marcha fue notablemente heterogénea, con una mayoría de personas adultas y no de la «Generación Z».
La retórica dominante no fue ciudadana, sino abiertamente partidista. Los manifestantes se concentraron en gritar “Fuera Morena”, y dirigieron su inconformidad hacia la titular del Ejecutivo.
Además, la protesta contó con la presencia de figuras de la oposición, como el exsenador Emilio Álvarez Icaza y Guadalupe Acosta Naranjo (del extinto PRD), confirmando la naturaleza política del evento. Una manifestante, Liliana Sánchez, criticó abiertamente a Morena, señalando que el partido ha cooptado a figuras del PRI y el PAN para seguir «robando».
La otra gran consigna se centró en la figura del exalcalde de Uruapan, Carlos Manzo, con mensajes como “Carlos no murió, el gobierno lo mató” y “Sombrerazos sí, abrazos no”, dejando en claro que el movimiento era una plataforma de rechazo político.


















