El casi seguro candidato presidencial republicano Donald Trump provocó de nuevo al aparato político de su partido al atacar la noche del miércoles a Susana Martínez, gobernadora de Nuevo México y presidenta de la Asociación Republicana de Gobernadores.
En lo que según The Washington Post parece una nueva prueba de los problemas de Trump para unificar al partido republicano alrededor de su candidatura, las críticas del empresario parecieron motivadas por la renuencia de Martínez a respaldarlo públicamente.
Martínez, tal vez la republicana latina más prominente, no se ha pronunciado hasta ahora, aunque en privado ha sido crítica de la propuesta de construir una muralla en la frontera con México, por considerarla “irreal e irresponsable”.
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Durante un mitin en Albuquerque (Nuevo Mexico), Trump acusó a Martínez de los problemas económicos del estado, el creciente número de receptores de ayuda de beneficencia y por no hacer lo suficiente para rechazar refugiados sirios.
Trump llegó a insinuar la posibilidad de mudarse a Nuevo México para buscar él mismo la candidatura a gobernador.
“La gobernadora no va a ser acosada para apoyar a un candidato”, dijo su portavoz, Mike Lonergan.
El propio vocero recordó que antes de ser gobernadora Martínez fue Fiscal del Estado y que se ha opuesto a las propuestas del presidente Barack Obama sobre la reubicación de refugiados sirios.
Peor aún, Nuevo México es considerado como un estado “indeciso”, que debe ser ganado por el aspirante republicano para llegar a la Casa Blanca.
En política tradicional, una pelea pública con la gobernadora no ayudaría a Trump, que de acuerdo con medios apenas comienza a construir una estructura político-electoral y por lo pronto depende del partido en ese sentido.
SACA BENEFICIO DE PROTESTAS
En la visita de Donald Trump a Anaheim autoridades y manifestantes ocuparon ayer áreas asignadas horas antes de que el empresario hablara en el Centro de Convenciones, mientras un dirigente llamaba a no caer en provocaciones, pero tampoco en justificar la retórica del aspirante presidencial republicano.
Policías metropolitanos con uniformes antimotines desplegaron dos líneas alrededor del centro, mientras el alguacil envió oficiales montados a las inmediaciones.
Benny Díaz es el dirigente local de la Liga Unida de Ciudadanos Latinoamericanos (Lulac) en el condado de Orange y dijo a Excélsior en declaraciones previas a la visita de Trump que llamó a manifestantes a expresarse en paz para evitar que Trump legitime su retórica.
“Vemos escenas de violencia y vemos banderas mexicanas o de otros países de Latinoamérica y qué es lo que lee el electorado, que Trump tiene razón” en su retórica contra mexicanos e inmigrantes, explicó Díaz.
“Todos tenemos derechos constitucionales que nos permiten expresar nuestra opinión y a traer banderas o vestir camisetas si nos parece, pero yo le he pedido a la comunidad sentido común y que toda expresión de opinión sea pacífica”, dijo.
Se le preguntó si el mensaje para los manifestantes contra Trump era no caer en provocaciones, y Díaz dijo que “se trata de no caer en provocaciones, pero también de no justificar la retórica de Trump, no dar pie a que el público pueda pensar que su discurso no es el que genera violencia sino que sería una respuesta”.
– Manuel Ocaño / Especial