Gregorio Sánchez Martínez acusó al expresidente Felipe Calderón Hinojosa, al exalcalde Julián Ricalde, así como un grupo político que “tenía tentáculos en el PAN, PRD y PRI” de su encarcelamiento hace unos años y de la denuncia en su contra, por presunto lavado de dinero en Argentina.
Acompañado de su mujer Niurka Sáliva y el hijo de ambos, Neftalí, de 4 años, además de su yerno y sobrina (ambos regidores en el Ayuntamiento de Benito Juárez), “Greg” dio una rueda de prensa para anunciar que se cerró el caso en su contra por lavado de dinero y evasión fiscal en Argentina, derivada de la compra de 950 hectáreas con un valor de 2 millones de dólares en la ciudad de Posadas, perteneciente a la provincia de Misiones.
El ex candidato a gobernador exhibió la resolución de la juez Verónica Skanata que lo libera del procedimiento abierto en su contra en aquél país, donde su mujer buscó refugió en su intento por no ser detenida años atrás, donde su hijo, entonces un bebé, fue nacionalizado.
“No había ninguna prueba de las acusaciones y, por lo tanto, la compra de esta propiedad había sido totalmente legal y se había demostrado el origen lícito pleno del dinero con el que se compró”, detalló Sánchez Martínez. “Una vez que el fiscal cerró la investigación, emitió una sentencia en donde desestima todas las acusaciones de la AFIP y archiva el expediente. Es un caso juzgado e inapelable”.
La denuncia fue iniciada por esta fiscalía basándose en noticias halladas en internet, en donde se mencionaban nexos entre “Greg” y el crimen organizado, cosa que al ex edil le causó un daño moral y por lo que valora demandar, “e incluso apelar a las Naciones Unidas”, aseveró.
Por último, alegó que lo sigue “persiguiendo” el daño que le hizo Calderón Hinojosa al meterlo a la cárcel con la complicidad de Ricalde Magaña y sus enemigos en el PAN, PRD y PRI.
(Fuente Quequi)