Los anuncios sobre la legalización en el consumo de la marihuana que en nuestro país se vienen dando desde hace casi tres años, han ocasionado que entre los cancunenses, principalmente de edades juveniles, se registre un aumento de hasta un 50% en su consumo, el cual se ha visto reflejado en el incremento en la cantidad de pacientes que durante el 2018 acudieron a recibir tratamiento a la Unidad Médica de Atención Especializada en Problemas de Adicciones de la Región 221, perteneciente a la Secretaría de Salud de Quintana Roo, indicó su directora, Alondra Ruiz González, quien destacó que el año pasado atendieron a 205 jóvenes con problemas de adicción al enervante, en su mayoría canalizados desde sus escuelas
Sobre la tendencia en el alza del consumo de dicho enervante, que en ocasiones se da a la par a la adicción al alcohol y en menor medida al cigarro, mencionó que el bombardeo de información, desde el año 2016, que se ha manejado sobre la legalización en el uso de la marihuana en México, elevó considerablemente sus índices de consumo, siendo las edades de 12 a 17 años donde más se ha registrado dicha tendencia, mientras que entre la población de 17 a 34 años, son más proclives a la dependencia de otras drogas, como la cocaína.
Si bien una buena parte de los jóvenes consumidores de drogas, llegan a la Unidad Médica de Atención Especializada en Problemas de Adicciones cuando aún se encuentran en etapa experimental, otros más lo hacen cuando ya tienen uno o dos años de adicción, siendo las escuelas donde estudian quienes los envían, lo que deja en claro que no siempre los padres se percatan de los problemas de sus hijos.
Comparado con el 2017, la cantidad de jóvenes que llegaron a esta institución para atender sus problemas de adicciones, se incrementó en un 5%, durante el año pasado, siendo un 70% de los 205 pacientes juveniles atendidos, el que logró concluir sus tratamientos. Mientras que sólo un 40% de los pacientes de edad adulta han logrado dicha meta, debido en gran parte a que los menores son vigilados de cerca por sus padres y las mismas escuelas, quienes llegan a incluso condicionar su permanencia.
FUENTE: QUEQUI