Por Darset Rivero, Cancún.- Durante los dos primeros años, lo difícil para Cancún no fue conseguir habitantes, que llegaron de sobra, sino inversionistas.
El proyecto era tan novedoso que nadie deseaba arriesgar su capital, la búsqueda de inversionistas fue incesante, incluso con promociones muy atractivas, pero el simple hecho de tratarse de una ciudad “sacada” de la selva, más que un proyecto viable sonaba a locura.
Como el tiempo pasaba sin posibilidad de éxito, el gobierno mexicano decidió que fueran sus propios organismos descentralizados los primeros inversionistas, o en su defecto proteger y financiar a los osados empresarios.
Los primeros vuelos comerciales empezaron a arribar a Cancún en 1973 por conducto de Aeroméxico y, un año más tarde, haría lo propio Mexicana de Aviación, cuyo dueño en principio aseguró que sus aviones jamás aterrizarían en Cancún, pero el éxito del naciente destino le haría cambiar de opinión.
En marzo de 1975 el presidente Luis Echeverría álvarez inauguró el modernísimo Aeropuerto Internacional de la ciudad de Cancún.
Respecto a la industria hotelera, fue en septiembre de 1974 cuando el hotel Playa Blanca, hoy Temptation, abrió sus puertas secundado por muchos otros.
Resalta el hecho de que la mayoría de los gerentes de hotel de la zona de playas eran extranjeros, o de apellidos de origen extranjero, quedando manifiesta la internacionalización del destino, seguramente esto motivó al entonces gobernador de Quintana Roo, David Gutiérrez Ruiz, a bautizar en 1974 con el nombre de Benito Juárez al municipio al que pertenece Cancún, quizás para acallar esas voces críticas que aseguraban que Cancún era lo más parecido al extranjero.
La ciudad tendría su primer gobierno a partir del 10 de abril de 1975, cuando Alfonso Alarcón Morali asumió la alcaldía. Ese primer Ayuntamiento tomó formal protesta pero carecía de oficinas, ya que el Palacio Municipal ni siquiera se había empezado a construir, de manera que las instalaciones del hotel El Parador fungieron durante ocho meses como sede alterna, mientras se construía el inmueble oficial.
LOS JÓVENES CREARON CANCÚN
Cuando se fundó esta ciudad en 1970, sus pioneros no sabían que estaban haciendo historia. Uno de los puntos de coincidencia que más destaca en el perfil de estos hombres y mujeres, es la edad, pues casi todos eran menores de 30 años.
El hecho de que hayan sido personas muy jóvenes también revela el grado de aventura, al decidir construir una ciudad en medio de la selva, porque si la sensatez que brindan los años hubieran rondado por sus cabezas, quizás no abrían aceptado vivir aquí.
Aquellos eran muchachos que se comían el mundo a puños, capaces de soportar calores, mosquitos y las incomodidades propias de un lugar en pleno parto.
Las comunidades indígenas de la región tampoco se quedaron atrás, pues en lo que respecta a edad, los mayas llegaron a Cancún todavía más jóvenes que los primeros.
Nuestros naturales se incorporaron como albañiles cuando la ciudad se encontraba en etapa de construcción, para emplearse después como jardineros, fontaneros y carpinteros en muchos de los hoteles que meses antes habían construido.
Cuando los hoteles iniciaron operaciones, a finales de 1974, llegaron los guerrerenses que dada su experiencia en Acapulco eran el grupo con mayor conocimiento en cuestiones hoteleras.
Los guerrerenses también eran menores de 30 años y buscaban las oportunidades de vida que no tenían en su estado, pues los mejores puestos estaban en manos de los consolidados y Cancún representaba una magnífica oportunidad de superación.
Cancún no es un producto turístico totalmente terminado, aún le faltan varias etapas por desarrollar. Actualmente se construye en Puerto Cancún una zona residencial y comercial de 327 hectáreas con 11,406 cuartos, un campo de golf de 18 hoyos y una marina para 600 atracaderos. Más hacia el sur está el Malecón Cancún, llamado Tajamar, que es un centro urbano mixto, financiero, comercial, de equipamiento y vivienda con 153 lotes para alojar 6 mil 263 unidades turísticas y residenciales, con una superficie total de 135.2 hectáreas.
Más al sur se localiza la Rivera Cancún, un proyecto de 3,778 cuartos y dos campos de golf, con una superficie total de 885 hectáreas.
Cancún ha cumplido, con creces, el objetivo para el cual fue creado.
Continúa siendo un modelo a seguir y el invento turístico mexicano más exitoso de todos los tiempos.