CANCÚN, Q. ROO.- La propuesta de la alcaldesa Mara Lezama de declarar Playa Delfines como Patrimonio de la Humanidad es legalmente imposible y exhiben la ignorancia de la morenista sobre los criterios y procesos de inscripción para considerarse lugares dentro de esta clasificación oficial.
La presidenta del municipio de Benito Juárez planteó al Cabildo benitojuarense encabezar la protección de esa playa pública para que “nadie pueda venderla y que la gente tenga acceso y pueda disfrutar del paraíso donde viven”, pero es equivocada y fuera de lugar pretender elevarlo a un bien cultural.
Arqueólogos consultados recordaron los criterios puntuales establecidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), lo que hace inviable anotar a Playa Delfines entre los bienes culturales de Patrimonio Mundial.
Los registros, recordaron, deben corresponder únicamente a monumentos, conjuntos o sitios históricos, estéticos o ambientales con un valor universal excepcional, lo que desecha en automático al arenero público más emblemático de Cancún.
En la lista de la Unesco no existe playa pública registrada como un bien cultural, natural o mixto, incluso entre aquellos en situaciones en peligro, según la lista del Centro de Patrimonio Mundial.
Algunos criterios que se deben reunir es que el bien represente en su estructura fenómenos naturales o áreas de belleza natural e importancia estética excepcional o “ser ejemplos eminentemente representativos de procesos ecológicos y biológicos en curso en la evolución y el desarrollo de los ecosistemas terrestres, acuáticos, costeros y marinos”.
Además, que sean hábitat naturales representativos y más importantes para la conservación in situ de la diversidad biológica, comprendidos aquellos en los que sobreviven especies amenazadas que tienen un valor Universal Excepcional desde el punto de vista de la ciencia o de la conservación.
La Declaración dicta que cualquier bien que pretenda su inscripción, además de cumplir con alguno de los criterios anteriormente descritos, deberá responder en su concepción, materiales y ejecución al valor de autenticidad, y gozar de protección jurídica y mecanismos de gestión adecuados para asegurar su conservación.
Los bienes inscritos en la actualidad por México suman 35. El primero en alcanzar esa categoría, bajo el registro 412, fue el Centro Histórico de México y Xochimilco en 1987 y el último, bajo la referencia 1534 rev, el Valle de Tehuacán “Cuicatlán:Hábitat originario de Mesoamérica” en 2018.
Playa Delfines forma parte de este destino turístico “integralmente” planeado por el Fondo Nacional de Turismo (Fonatur) del gobierno de México, en el que se concibieron 14 playas públicas con una superficie de 308 mil 892 metros cuadrados de las cuales únicamente quedan tres con esa vocación, con ocho mil 243 metros cuadrados, que representa una pérdida de areneros con vocación gratuita de 94.4 por ciento. Además de Delfines están en esa misma condición Corales y Playa del Niño.
Según el Plan Director de Cancún 1982, Playa Delfines se le concibió en un inicio con una superficie de 76 mil 705 metros cuadrados pero al dividirse conservó únicamente el lote 56 hasta llegar a una superficie total de seis mil 972.73 metros cuadrados en 2010. El predio público fue escriturado por el Ayuntamiento de Benito Juárez en 2007 y desde entonces representa la única ventana al mar que hay en la Zona Hotelera de Cancún.
FUENTE: Luces del siglo