CANCÚN, 26 de diciembre.- La trata de personas sigue siendo un problema alarmante en Quintana Roo, especialmente en los municipios turísticos del norte del Estado y según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y noviembre de este año se abrieron 134 carpetas de investigación por este delito, lo que representa un incremento del 67.5% en comparación con el mismo periodo del año pasado, cuando se registraron 80 casos.
El análisis de las cifras revela que los meses con mayor incidencia fueron agosto, con 17 carpetas abiertas, y septiembre, con 16.
Mayo y julio reportaron 13 casos cada uno, seguidos de abril con 12, junio con 11, octubre con 10, enero y marzo con 9 cada uno, febrero con 8 y noviembre con 6.
Las modalidades de trata de personas más frecuentes en Quintana Roo, son la explotación sexual y laboral, siendo las principales víctimas mujeres, niñas y adolescentes, aunque también hay casos de hombres sometidos a condiciones de esclavitud moderna en trabajos relacionados con el turismo.
El problema está especialmente concentrado en los municipios de la zona norte, como Cancún, Playa del Carmen, Cozumel, Tulum, Isla Mujeres y Holbox, áreas que destacan por su atractivo turístico y gran afluencia de visitantes nacionales e internacionales.
Estas regiones se convierten en terreno fértil para las redes de trata de personas debido a la alta demanda de servicios ilegales y la precariedad laboral de ciertos sectores.
Especialistas en derechos humanos señalan que Quintana Roo enfrenta retos significativos en la detección y prevención de este delito.
Entre los factores que favorecen la proliferación de la trata, están la falta de controles efectivos en zonas turísticas, la complicidad de ciertos actores locales, la desinformación de las víctimas y la deficiencia en los mecanismos de denuncia.
Además, la percepción de impunidad y las dificultades para desarticular las redes delictivas agravan la problemática.
Muchas víctimas son enganchadas con promesas de empleo en hoteles, bares y restaurantes, pero al llegar a su destino son explotadas sexual o laboralmente bajo amenazas y violencia.
Aunque las autoridades han implementado operativos y campañas de concienciación, el incremento en las cifras refleja la necesidad de redoblar esfuerzos.
La creación de más refugios para víctimas, el fortalecimiento de las fiscalías especializadas y la capacitación de elementos policiales, son pasos fundamentales para combatir este delito.
No obstante, activistas y organizaciones civiles insisten en que la solución también pasa por atacar las raíces del problema: la desigualdad, la falta de oportunidades y la educación.
Además, se requiere mayor cooperación entre los sectores público y privado para frenar el uso de establecimientos turísticos como puntos de operación de estas redes criminales.
La trata de personas no solo representa un atentado a los derechos humanos, sino que también impacta negativamente la imagen turística de Quintana Roo, un estado que depende en gran medida de esta industria.
Mientras las cifras sigan al alza, será imprescindible que las autoridades y la sociedad trabajen en conjunto para erradicar este flagelo que vulnera la dignidad y el bienestar de miles de personas.
FUENTE: diario 22