Más allá de la alharaca y los sombrerazos en redes sociales entre los que ven como un acierto la toma del control de la seguridad pública en el municipio de Solidaridad (Playa del Carmen) por parte del gobierno estatal, y los que interpretan la acción como una afrenta a la autonomía municipal, los hechos y los números dan sustento al decreto que emitió el gobernador Carlos Joaquín este martes, quien conscientemente tomó una decisión controversial, pero también a todas luces necesaria.
Y es que los focos rojos están al máximo en ese municipio gobernado por la alcaldesa de Morena, Laura Beristain Navarrete, quien en su obcecación se ha negado al diálogo y la negociación imponiendo su criterio en la atención a la seguridad pública en ese municipio con resultados desastrosos.
Tan solo en los primeros tres meses de 2019 los homicidios han aumentado en casi un 600 por ciento en comparación al año pasado, evidenciando el empoderamiento de la delincuencia que, como se vio en el último atentado a la Cervecería Chapultepec, se mueve a sus anchas y con toda impunidad.
Si bien es una acción poco común, el decreto para asumir el control de la Seguridad Pública en un municipio tiene sustento constitucional, tanto a nivel federal como local, ya qué hay artículos que facultan al ejecutivo de realizar estas acciones en casos de excepción y/o emergencia; en ese sentido, la mayoría de playenses están de acuerdo en que en ese polo turístico existe ya un estado de emergencia.
Los argumentos y el sustento jurídico allí están; pero también hay aristas políticas que no pueden dejarse a un lado y que conllevan un riesgo en esta apuesta realizada por Carlos Joaquín.
Porque al tomar las riendas de la Seguridad Pública para recuperar la tranquilidad y no quedar mal parado políticamente, es obligatorio, forzoso, dar resultados. Y no marginales, sino verdaderos resultados que avalen su decisión.
El escándalo político que sin duda realizará Laura Beristain (es el estilo familiar) no será relevante si los ciudadanos perciben, con claridad, qué hay seguridad y tranquilidad en la segunda ciudad más turística de México.
El gobernador debe haber medido el alcance de la decisión, pero el reto será principalmente del titular de Seguridad Pública Estatal, Jesús Alberto Capella Ibarra, quien tendrá que retribuir esa confianza con resultados positivos, sin excusa ni pretexto de por medio… o pagar las consecuencias si no lo logra.
por: Anwar Moguel política qr