La intolerancia hacia la diversidad sexual promovida desde el seno familiar y escuelas, además de la radicalización en su postura por parte de instituciones religiosas, como la Iglesia Católica, fomentan el odio hacia los miembros de la comunidad LGBT (lésbico, gay, bisexual y transexual), lo que se ha reflejado en los altos índices de crímenes por homofobia en nuestro país, donde destaca Quintana Roo con 40 asesinatos de este tipo, en los últimos 10 años.
Así lo aseveró Ricardo Baruch Domínguez, presidente del Movimiento por la Igualdad en México (Moviimx), al encabezar una conferencia sobre la homofobia en la Comisión de Derechos Humanos estatal (Cdheqroo), en la que dijo que se le debe enseñar a los niños a respetar las diferencias entre los distintos grupos de personas que conforman nuestra sociedad.
“No significa que se le esté enseñando a ser gays, sino más bien a convivir y ser tolerantes”, aclaró. “Muchas veces, las bromas, chistes o incluso un grito que se ha puesto de moda en los estadios de futbol, pueden parecer inofensivos, pero de fondo puede tener muchas veces un contexto muy violento”.
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También abordó las posturas adoptadas por iglesias como la católica, reacias a aceptar el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que, en su opinión, es ir contra sus propios principios, de amar al prójimo, promoviendo más bien el odio radical, que en casos extremos puede derivar en hechos trágicos como el ocurrido en Orlando, donde una persona cegada por sus ideas religiosas asesinó a quienes no encajaban con su estilo de vida y forma de pensar.
“Si bien en México no hemos llegado a esos extremos, los estigmas de odio que algunos sectores promueven a raíz de la aprobación entre uniones de parejas homosexuales, podrían derivar en un incremento en casos de acoso escolar, fenómeno que han sufrido 3 de cada 4 miembros de la comunidad LGBT de nuestro país. También podría causar un alza en los crímenes por odio homofóbico, en lo que México ocupa el segundo sitio en América Latina, después de Brasil”, abundó.
Quintana Roo, que tiene un alto grado de descomposición social, producto de la alta migración, también ofrece un ambiente violento hacia las minorías, incluidas aquellas con diferentes preferencias sexuales, lo que ha derivado en seis homicidios en agravio de personas homosexuales o transgénero.