REDACCIÓN DARSET RIVERO, CANCÚN QROO.– En entrevista exclusiva para MACRONEWS, Andrea Dinorah Ruiz Nuricumbo, experta en apicultura, explico que para los mayas, las abejas meliponas fueron creadas por el dios Itzamnà, a la reina de la colmena la llamaron Balan Cab. Kolel-Kab que significa “la dama de la miel” y Xunan Kab que significa “abeja sin aguijón”, fueron los nombres con los que los mayas se referían a dicha abeja (beecheii), especie endémica de Yucatán, la cual se caracteriza por no tener aguijón, por su pequeño tamaño y por producir miel a la que se le atribuyen facultades curativas.
Antes de que los españoles trajeran la abeja Apis mellifera al nuevo continente en el siglo XVI, los mayas ya habían domesticado a la abeja nativa, la cual aparece en “la sección de las abejas” del Códice de Madrid (Tro-Cortesiano), el cual contiene más de 50 imágenes de este insecto, incluso podría decirse que este es el manual más antiguo del mundo en lo que a meliponicultura se refiere, pues corresponde a la época precolombina.
Los mayas consideraban a las abejas como sagradas, y que como la producción de miel melipona era poca, la utilizaban solo para las ceremonias y para consumo exclusivo de los sacerdotes, aunque también era considerada como un elixir para aliviar todo tipo de enfermedades.
Las abejas no solo hacen miel. Hacen algo esencial para la diversidad de las plantas en el mundo: la polinización. Su preservación y la de su hábitat nos beneficia a todos.
Los mayas llevaban a cabo ceremonias, las cuales todavía siguen vivas en Yucatán, en la que no nada más se venera a los dioses para pedir buena cosecha y buenas lluvias, sino también se les pide buena producción de miel.
En la Península de Yucatán podemos encontrar: 17 de las de 46 especies de abejas sin aguijón registradas en México.
La tradición de la meliponicultura ha sido heredada de padres a hijos desde la época precolombina.
Los mayas tenían atrás de sus casas un tronco seco y hueco para que las abejas formaran su colmena, el cual era heredado de padres a hijos.
Como la floración se lleva a cabo de febrero a junio, esos son los meses fuertes para la producción de miel, que es el alimento de las abejas, no es para nosotros, indica Begoña. Destaca que la apicultura y la meliponicultura sustentable respetan los tiempos de la naturaleza, de las abejas, así como la capacidad y la fortaleza de las colmenas, por lo que se cosecha la miel o se “c a st ra”, una sola vez al año, y lo que produce una colonia de abejas meliponas en una colmena, es por lo regular litro y medio de miel, a diferencia de la apis que puede superar hasta los 30 litros por colmena.