Cancún, el principal destino turístico de México cumple 50 años de fundación este 2020, una ciudad muy joven en un país donde sus urbes más importantes se remontan a siglos atrás. Este importante proyecto fue de las últimas grandes obras del Estado desarrollador mexicano del siglo XX, justo antes de la llegada del neoliberalismo. Un testigo privilegiado de la época le narró a Macronews esta gestación. Jorge González Durán es el principal periodista cultural del Estado de Quintana Roo, vivió personal y profesionalmente la construcción de la joya del caribe mexicano.
Nacido en el vecino estado de Yucatán, poseedor de un bagaje cultural inmenso, analista agudo del quehacer político, con un amplio don de gentes, de pluma rica y sensible, experimentado capitán del océano de las frecuencias radiofónicas, González Durán conversó con este medio sobre la historia de la ciudad que lo cobija desde hace décadas. Su primera observación: “No es verdad de la historia de Cancún apenas empezará a escribirse, lleva muchos más años haciéndose”, de inmediato narra la construcción por parte de las autoridades federales de una carretera en los años cincuenta que partía de la ciudad de Mérida hasta una zona selvática denominada Puerto Juárez. “Un camino que no conducía ninguna parte, pero ya era una visión de llegar a un lugar privilegiado” señala el experimentado periodista.
Cancún nace de una necesidad y visión de Estado, la urgencia de equilibrar la balanza de pagos, de generar recursos en plena guerra fría, teniendo de vecino a la principal potencia del bloque capitalista. De tener un poco más de autonomía económica cuando la política exterior nacional era una combinación astuta de no pelearse con el poderoso de a lado, pero ayudar a los países del sur que luchaban contra sus dictaduras pro norteamericanas. Fue durante el régimen del presidente Luis Echeverría que se planeó y materializó el que sería unos de los destinos de playa más conocidos del planeta. Jorge era un joven periodista en esos años, tuvo la fortuna de entrevistar y en ocasiones ser amigo cercano de muchos de los protagonistas.
Como si fuera ayer, nos menciona algunos nombres destacados: Antonio Enríquez Savignac, Alejandro Morones, Pedro Dondé, quienes trabajaban en el gobierno federal y fueron parte importante del equipo que planeó y hecho andar el proyecto de construcción del destino. Con agudeza González Durán menciona dos características muy valiosas de los primeros actores de Cancún: ninguno aprovecho la coyuntura para el enriquecimiento personal, por el contrario vivieron en lo que él denomina “una honrosa medianía”. Eran muy jóvenes, oscilaban alrededor de los 30 años, optimistas, responsables y conscientes del privilegio de ser protagonistas de fundar una ciudad; “trabajaron con pasión y tendencia moral, haciendo las cosas bien”, “Cancún fue creado por profesionistas mexicanos jóvenes de gran calidad” señala Jorge. Realizaron estudios profundos de la situación turística, no solo de México sino del Caribe y de América Latina, planearon el desarrollo con sumo cuidado, con expertos de distintas disciplinas para materializar este gran sueño. Pero no sólo los funcionarios eran gente muy capaz, también aquellos que iniciaron sus labores en la iniciativa privada, menciona algunos ingenieros, como Manuel “Chino” Castro quienes crearon edificios tan sólidos que han resistido sin problema el embate de algunos de los huracanes más fuertes de la historia reciente.
La visión fue fundamental afirma el periodista, al mismo tiempo que se empezó a crear las primeras edificaciones, se inició un aeropuerto internacional, siempre se pensó a Cancún como un sitio para albergar turismo de otros países, además del propio. Esta característica hizo que con el tiempo se convirtiera en el principal receptor de vuelos provenientes del extranjero, solo después del aeropuerto de la Ciudad de México.
El oficio de González Durán lo mantuvo cerca de la clase política, “fue muy responsable en esos primeros años, los últimos gobernadores de lo que era antes el territorio federal de Quintana Roo siempre respaldaron con todas sus posibilidades el desarrollo de Cancún”, se refiere a Javier Rojo Gómez y a David Gustavo Gutiérrez, este último también era un político joven, quién siempre mantendría vínculos con esta ciudad. Los primeros alcaldes también fueron conscientes del momento que les estaba tocando vivir, por lo que hicieron un gran esfuerzo por la comunidad.
El éxito llegó casi de inmediato, los primeros tres hoteles mostraron a inversionistas y visitantes el placer de visitar el caribe mexicano. Jorge reconoce ampliamente a los empresarios pioneros, su constancia, capacidad de resolver problemas, soportar condiciones geográficas adversas. Recuerda la capacidad de resistir la intensidad de algunos insectos de la zona: “Loyd Stephens menciona Cancún como una zona plagada de mosquitos” dice mostrando su amplia cultura, refiriéndose al libro “Incidents of Travel in Yucatan” publicado en 1843. Cancún no solo fue producto del Estado, tuvo una gran respuesta por parte del incipiente sector empresarial.
Por supuesto reconoce a los cientos de trabajadores, inicialmente de la construcción, que con sus manos domaron un entorno natural agreste para establecer los cimientos de la ciudad. Después de crear fosas para drenaje, calles, edificios públicos, establecimientos turísticos, los primeros hogares, decidieron poner también sus raíces aquí, eventualmente traer sus familias y establecerse.
El paraíso empezó a adquirir forma, “era una ciudad que carecía de muchas cosas, como cines, teatros, entro otros espacios pero con mucha convivencia social”, “no había distractores como los celulares así que la gente se reunía mucho”, lo que pronto creo un fuerte vínculo entre los primeros habitantes nos explica González Durán.
Cancún se convirtió en un motor del desarrollo de todo el sur de México, inicialmente transformó las dinámicas sociales y económicas de la península, “no sé cuál hubiera sido el destino de los empresarios yucatecos sin Cancún”, reflexiona. Eventualmente generó empleo para miles de mexicanos del sur y del centro del país, lo que obligó al gobierno estatal a involucrarse en la traza urbana de la ciudad para resolver el problema de la necesidad de terrenos para construir casas habitación. A principio se siguió el proyecto original peor muy pronto surgió algo que los primeros expertos no contemplaron: las colonias populares.
“Eran grandes profesionistas pero les faltó sensibilidad social, la mayoría eran economistas, sabían que el destino iba a dejar recursos, divisas, empleos, desarrollo regional, pero no pensaron en los trabajadores, en los albañiles, en el personal de servicios de los hoteles, desarrollaron una Ciudad de Servicios, pensada en los gerentes y mandos medios de los establecimientos turísticos” menciona Jorge con espíritu crítico. Por este motivo las zonas populares crecieron de manera autónoma sin conducción gubernamental, problema que en Cancún se ha vuelto serio con los años, actualmente tiene una mancha urbana muy desordenada, espacio para la especulación, la corrupción, la inseguridad entre otros problemas, “no se pensó en el impacto de la migración interna” señala.
¿Qué se ha aprendido en estos años del desarrollo de Cancún? El fogueado conductor del principal espacio radiofónico cultural de Quintana Roo contesta sin titubear: ¡Nada!, su contundencia muestra su pasión y preocupación por la tierra que lo adoptó: “Es necesario hacer un alto urgente al crecimiento de Cancún”, “ya no hay un solo espacio para construir otro hotel, los servicios ya están saturados”, tiene razón. La flamante Zona Hotelera, motor de la economía local y regional hace años que se encuentra totalmente ocupada, la increíble isla de arena blanca y mar turquesa tiene todos sus lotes ocupados por modernas construcciones con escasos espacios públicos, ya no hay posibilidades de más desarrollo. Pero la ciudad sigue creciendo, todos los días llegan personas de diferentes partes de la República buscando posibilidades de crecimiento, negados en sus lugares de origen.
No sólo gente de todos los rincones del país también de muchas otras naciones, Cancún tiene grandes grupos de Estados Unidos, Argentina, Cuba, Brasil, Colombia, Venezuela, en menor medida Italia, Francia, Canadá, Inglaterra, inclusive personalidades destacadas provenientes del lejano oriente como Japón y China, entre otras nacionalidades. Ante semejante crisol se ha planteado constantemente el problema de la identidad, ante ello Jorge señala enfáticamente que ese no es el asunto, en realidad es necesario construir un fuerte sentido de pertenencia pero ningún sector social se ha concentrado en resolverlo todavía, es una urgencia para el futuro próximo.
Para finalizar preguntamos cómo ve el futuro de esta ciudad, nos sorprende con su optimismo: “Veo a Cancún, Playa del Carmen y quizá hasta Tulum como un solo destino en el futuro, una sola gran urbe con diferentes municipios, como Miami actualmente”, no ve que predomine el desorden, sino el desarrollo, el crecimiento. La vasta cultura que habita en la mente y corazón de Jorge González Durán no lo hacen un pesimista, sino un hombre realista que ve el futuro con buenos ojos, sin ignorar los retos que hay enfrente, pero con un profundo amor a la vida. Sin decirlo, comunica el legado que Cancún ha dejado en mucho de sus hijos: una profunda gratitud en el alma por la abundancia de retos y satisfacciones que les ha dado esta maravillosa tierra.