INFRAESTRUCTURA EN LA COSTA YUCATECA FRAGMENTA PLAYAS Y DUNAS, AFECTANDO HÁBITAT DE TORTUGAS MARINAS
El Cuyo, Yucatán, 11 de marzo. — El crecimiento de infraestructura en la costa yucateca, con la construcción de caminos, escolleras y diques, ha provocado la fragmentación de playas y dunas, alterando el flujo de agua en los manglares y afectando gravemente el hábitat de la fauna marina, incluyendo a especies en peligro de extinción como las tortugas marinas. Esta situación se ha vuelto crítica en zonas como San Felipe, Río Lagartos, Las Coloradas y El Cuyo, según expertos.
Impacto en la duna costera
La duna costera de Yucatán abarca una superficie de 60,347.82 hectáreas, extendiéndose desde el extremo oriental del litoral hasta los municipios de Tizimín, Río Lagartos y San Felipe. Este ecosistema, que limita al norte con el Golfo de México y al este con Quintana Roo, está compuesto principalmente por vegetación xerófita tropical, como palmas pequeñas y suculentas de gran tamaño. Sin embargo, la actividad humana ha transformado drásticamente este entorno.
Transformación del ecosistema
El biólogo Juan Cortázar explicó que, en sus primeras etapas de transformación, la vegetación natural de la duna costera fue desplazada por plantaciones de coco, especialmente en El Cuyo. Posteriormente, la actividad salinera tomó relevancia, modificando aún más el ecosistema. “La extracción de sal ha alterado la sedimentación y la pendiente natural del suelo, lo que ha afectado el equilibrio ecológico de la zona”, señaló Cortázar.
Además, el crecimiento demográfico en localidades como Las Coloradas y El Cuyo ha impulsado la deforestación de la duna costera. La construcción de viviendas y el fraccionamiento de terrenos han interrumpido procesos naturales fundamentales, como la anidación de tortugas marinas. Muchas de estas especies quedan atrapadas en zonas de declive, lo que dificulta su ciclo reproductivo y contribuye a la disminución de sus poblaciones.
Tortugas marinas en peligro
Cuatro especies de tortugas marinas llegan a las costas de la Reserva de Ría Lagartos y sus alrededores para anidar: la tortuga carey (Eretmochelys imbricata), la caguama (Caretta caretta), la verde (Chelonia mydas) y la laúd (Dermochelys coriacea). Todas ellas se encuentran en peligro de extinción debido a su vulnerabilidad ante las alteraciones ambientales.
Cortázar enfatizó la necesidad de frenar la fragmentación de la duna costera y establecer estrategias para proteger el ecosistema. “Las acciones humanas han modificado significativamente el hábitat de estas especies. Es urgente implementar medidas de conservación para garantizar su supervivencia”, afirmó.
Llamado a la acción
Ante esta situación, expertos y organizaciones ambientalistas han hecho un llamado a las autoridades y a la sociedad para tomar acciones inmediatas que permitan restaurar y proteger la duna costera. Entre las medidas propuestas se incluyen la regulación de la construcción en zonas costeras, la reforestación de áreas afectadas y la implementación de programas de conservación para las tortugas marinas.
La conservación de la duna costera y sus especies no solo es crucial para mantener la biodiversidad de la región, sino también para preservar los servicios ecosistémicos que benefician a las comunidades locales. Sin una intervención urgente, el futuro de este frágil ecosistema y de las especies que dependen de él podría estar en grave riesgo.