Muchos creen que el origen del árbol de la Navidad es cristiano, pero no es así. El cristianismo, al ser impuesto en el Imperio Romano por Constantino el grande, lo que hizo fue copiar las costumbres del paganismo, muchas de las cuales perduran hasta nuestros días.
Los considerados “bárbaros”, por no ser conquistados, en su momento por los romanos, fueron los primeros que se tiene noción, comenzaron a utilizar el árbol de la Navidad. Los católicos lo implementaron para la celebración del nacimiento del niño Jesús, el 24 de diciembre.
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Cuentan las tradiciones, que el primer árbol de Navidad, fue decorado con sangre. No es de extrañar ya que los celtas practicaban los sacrificios humanos. La leyenda cuenta que en la Alemania precristiana, se realizaban 2 ritos. El primero era en honor al dios Odín, el Ser Supremo de los cielos, según los escandinavos. Los guerreros se reunían alrededor del árbol sagrado de Roble, consagrado a esta deidad y a manera de tributo, sacrificaban a enemigos capturados en guerra.
El segundo rito, estaba dedicado al dios Thor, hijo de Odín, considerado el más fuerte de los dioses nórdicos. En ese rito, ofrendaban unas pencas de 12 hojas, representativas de los 12 meses del año. Al finalizar el ceremonial, encendían las puntas de las pencas, y con ellas formaban una pirámide, siendo esa hoguera en honor a al dios del trueno.
A partir del siglo VII, este tipo de ritos comenzaron a sufrir cambios, con la llegada a Alemania del monje San Bonifacio. Al enterarse este religioso que los celtas practicaban sacrificios humanos, poco a poco empezó una campaña de evangelización. Es así como consigue que el roble, árbol sagrado de Odín, sea reemplazado por un abeto. Por su forma triangular, San Bonifacio enseñó a los nuevos cristianos, que ese árbol era el árbol de Dios, y en él se manifestaba la Santísima Trinidad. Estos fueron los primeros pasos para formar el árbol de la Navidad, sin sacrificios humanos.
Pero la ornamentación del árbol navideño, muchos se lo atribuyen a Martín Lutero (1483-1546). Cierto día en que regresaba a su casa, observó cómo la luz de las estrellas centellaba sobre los árboles cubiertos por la nieve. Esto le hizo inspirarse en la estrella de Belén, que indicara el sitio del nacimiento del Redentor. De inmediato taló un árbol, lo llevó a su casa, y lo decoró con velas, nueces y manzanas, indicando que esos adornos representaban los dones, que los humanos recibieron con el nacimiento de Cristo. Al correr de los años, muchas aldeas alemanas comenzaron a implementar en sus casas, el árbol de Navidad y para el siglo XVI, adoptaron la costumbre de utilizar para este fin el abeto.
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En un principio, comenzó a utilizarse el árbol sin adornos. Pero poco a poco, gracias a la imaginación de la gente, los árboles comenzaron a tener adornos como velas, pan de jengibre, regalos y comida, lo cual ponían al pie del árbol, y acostumbraban celebrar a su alrededor, en época navideña. Para cuando se implantó la fecha del 24 de diciembre, celebrando el natalicio de Jesús, los adultos llevaban de paseo a los niños al campo; mientras las mujeres se encargaban de decorar el árbol. Y cuando regresaban a la casa con los infantes, éstos eran sorprendidos por el árbol y regalos, iniciándose así la celebración de la Navidad.
Los ingleses comenzaron estas celebraciones para el año de 1846, cuando el Príncipe Alberto, de nacionalidad alemana, desposa a la Reina Victoria. El noble decide pasar las navidades en su nueva tierra, y también celebrar la Navidad como era la tradición, en su nueva tierra. Para ello, ordena que se plante un enorme árbol de Navidad, en los jardines del castillo de Windsor. Pronto la nobleza y la clase media, adoptaron en sus hogares esa medida, la cual se propagó entre el pueblo. Las mujeres eran las encargadas, de elaborar la decoración para esos árboles. Se apreciaban regalos, ángeles, pequeñas bolsas que contenían regalos secretos, canastas con almendras azucaradas y velas. Al morir la Reina Victoria, el pueblo le guardó luto, y el árbol de Navidad dejó de usarse por un tiempo. Pero luego se retomó la tradición. Con el tiempo, comenzaron a aparecer los árboles artificiales, adornados con esferas y luces eléctricas. También por música navideña. En un principio los árboles eran pequeños, luego les incrementaron su tamaño. Dependiendo del status social de la familia, era ese tamaño.
Para los orientales el árbol de Navidad, significa un enlace del hombre con la divinidad y viceversa. En Mesoamérica, el árbol sagrado era el ahuehuete, y tenía un significado místico. Las comunidades europeas y americanas, tenían sus árboles sagrados, alrededor de los cuales se reunían para llevar a cabo sus ceremoniales, para comunicarse con la divinidad.
Dependiendo el lugar y el tipo de creencia profesada, se le da un significado al árbol navideño. Desde mi tierra natal, Costa Rica, envío a mis queridos lectores un cordial y fraternal abrazo, en estas fiestas navideñas.
Doy gracias a Dios que me permite celebrar esta festividad, en unión de mis seres queridos, y pido al Ser Supremo, para que sus bendiciones alcancen todos los hogares del mundo, sensibilizando los corazones de los seres humanos, para que podamos convivir como verdaderos hermanos que debemos ser; sin mezquindades, odios, rencores y venganzas.
Que el espíritu de la Navidad sea vitalicio en nuestros corazones.
Fuente: Diario de Xalapa