Excelentes beneficios son los que ofrece el Haloyoga, que une la milenaria práctica del Yoga junto a la Haloterapia (relajación en salas de sal) para aportar más salud y equilibrio a la vida de quienes lo practican.
La Haloterapia tiene su origen en 1843 por el médico Felix Boczkowski, luego de comprobar mediante diversos estudios que los mineros que trabajaban extrayendo sal en Polonia tenían menores episodios de enfermedades respiratorias. Esto, debido a que trabajaban respirando constantemente microscópicas partículas de sal que se concentraban en los espacios cerrados de las cavernas mineras.
Luego de masificarse por toda Europa, esta terapia llegó a Chile de la mano de Microsalt, innovadora empresa que combina la natural capacidad curativa de la sal con la mejor tecnología disponible en la actualidad. La Haloterapia se realiza en salas especialmente acondicionadas para garantizar que las partículas minerales ingresen a los pulmones mediante la respiración, purificando el cuerpo por dentro y llenándolo de energía. Dentro de las cualidades de este tratamiento están la recuperación y prevención de enfermedades respiratorias y cutáneas, a la vez que favorece la relajación del cuerpo y la mente.
La Haloterapia combinada con la práctica del Yoga tiene innumerables beneficios, entre los que cuentan el aumento de la energía del cuerpo, la eliminación de toxinas y el refuerzo del sistema inmunológico. Además, equilibra el sistema nervioso, mejora la flexibilidad de músculos y articulaciones, protege la columna vertebral gracias al mejoramiento postural, aumenta la producción de endorfinas (hormona de la felicidad), contribuyendo con la disminución del dolor y generando un estado de relajación y bienestar general.
Si lo anterior fuera poco, también mejora la condición de las personas que sufren de asma, fatiga crónica, artritis y arteriosclerosis, ayuda a mejorar la respiración y las posturas ayudan a estimular los órganos internos provocando efectos positivos en los sistemas cardiovascular, neurológico, endocrino, digestivo y respiratorio. Asimismo, permite lograr un mejor equilibrio emocional, favorece la concentración y la capacidad de razonamiento, disminuye el estrés, brinda una mayor estabilidad emocional y mental, combate la depresión y ayuda a tener pensamientos positivos y armoniosos.
Fuente:Nueva Mujer